En la Casa Franz, como en todas las casas que BAK lleva construidas en este balneario, el protagonista es el bosque. La arquitectura sucumbe frente a la inmensidad del paisaje y no compite, se adapta a esta circunstancia. El hormigón visto y el vidrio son los materiales que eligen para resolver la integración con el bosque y dar respuesta a los temas formales, estructurales, funcionales, de terminaciones y de mantenimiento. En esta lógica los exteriores no se ajardinan ya que ésto equivaldría a domesticar la naturaleza.
El hormigón sirvió para moldear una propuesta que aprovechó el desnivel del terreno, y así lograron generar privacidad respecto a la calle en buena parte del frente. Implantaron un prisma de planta cuadrada recostado en la pendiente y vaciaron un cuarto de su volumen creando un espacio exterior semicubierto de doble altura atravesado por dos grandes pinos.
La madera está presente en los decks del exterior y el aluminio anodizado, en las grandes ventanas que permiten la entrada de luz natural. Las losas de los diferentes volúmenes se apoyan mediante tabiques y vigas invertidas de hormigón visto y están terminadas con una pendiente mínima para que se produzca el escurrimiento del agua de lluvia. Los pisos son de paños de alisado de cemento divididos por planchuelas de aluminio.
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